Érase una vez una familia humilde que no tenía mucho dinero para subsistir y lo único que podían hacer para mantenerse era salir al bosque a recoger leña y luego venderla en los poblados cercanos; aun haciendo esto su situación era muy difícil, pues tenían que caminar mucho tanto para recoger la leña, como para llegar a los lugares en los cuales la vendían. Incluso los dos pequeños hijos de la pareja salían a recoger leña con el padre mientras la madre se encargaba del hogar.
Los dos hermanos se llamaban Heansen y Gretel, una pareja de hermano y hermana que salían a coger leña con su padre y precisamente ahí inicia esta historia; una tarde común y corriente, Heansen y Gretel salieron con su padre a recoger leña y adentrados en el bosque se dieron cuenta de que probablemente les quedaba poco tiempo y aún tenían muy poca leña, así que su padre les dijo que fuesen ellos por un lado y él iría por otro, para abarcar más espacio y recoger más leña. Se reunirían en un punto justo antes de anochecer para regresar juntos a casa.
Aunque su padre les ordenó ser cuidadosos y poner atención, en algún momento se encontraron perdidos en el bosque y sin saber cómo regresar; Heansen estaba preocupado y lloraba, pero Gretel le dijo que no se preocupara, que aún tenían tiempo. Adentrándose más en el bosque vieron una pequeña casita y se acercaron a ella y grande fue su sorpresa al darse cuenta de que estaba hecha con ladrillos de chocolate.
Tenían hambre y empezaron a comer una de las paredes de la casa y de pronto por accidente se dieron cuenta de que estaba abierta, así que decidieron entrar a buscar más chocolate y lo que vieron fue horrible; había jaulas de hierro colgadas por todo el lugar, animales en frascos y cosas horribles y cuando decidieron irse… una horrible bruja entró en volando en su escoba y los apresó por estarse comiendo su casa.
Los encerró en una jaula para engordarlos y luego comérselos, pero los chicos vieron que le costaba ver y cuando metía su mano para tocarlos y ver si habían engordado, le daban un hueso de pollo a tocar para que decidiese esperar más y así pasó el tiempo; un día estaba molesta porque nunca engordaban y decidió comerlos así y entonces abrió la jaula y tomó a Heansen.Se molestó e impresionó porque en realidad estaba más gordo y por ello olvidó la llave, así que Gretel la tomó, salió y le pegó a la bruja en la cabeza con su propia escoba; luego tomó a Heansel y lo subió a la escoba y ahí escaparon. La bruja no pudo seguirlos y llegaron a casa por fin, sus padres no podían creer que habían escapado y les dijeron que nunca volvieran a tocar algo solo porque pareciera bonito o delicioso como la casa.
Con la escoba de la bruja se les hizo más fácil viajar a recoger leña y a venderla también, así que fueron felices para siempre.
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