https://www.youtube.com/watch?v=znlQ4B-sLvY
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- Literatura
- bienvenidos a mi perfil y/o blog que trata sobre los cuentos infantiles y tambien para cuentos para adolecentes, personas mayores de culaquier edad...aqui encontraras intereses en literatura...la literatura es una herramienta fundamental para poder tener una mejor movilizacion en temas de lectura...disfruten este blog... :):
sábado, 9 de febrero de 2019
leyenda del encanto del cerro de chignautla...
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el gato con botas
Había una vez un molinero pobre que cuando murió sólo pudo dejar a sus hijos por herencia el molino, un asno y un gato. En el reparto el molino fue para el mayor, el asno para el segundo y el gato para el más pequeño. Éste último se lamentó de su suerte en cuanto supo cuál era su parte.
- ¿Y ahora qué haré? Mis hermanos trabajarán juntos y harán fortuna, pero yo sólo tengo un pobre gato.
El gato, que no andaba muy lejos, le contestó:
- No os preocupéis mi señor, estoy seguro de que os seré más valioso de lo que pensáis.
- ¿Ah sí? ¿Cómo?, dijo el amo incrédulo
- Dadme un par de botas y un saco y os lo demostraré.
El amo no acababa de creer del todo en sus palabras, pero como sabía que era un gato astuto le dio lo que pedía.
El gato fue al monte, llenó el saco de salvado y de trampas y se hizo el muerto junto a él. Inmediatamente cayó un conejo en el saco y el gato puso rumbo hacia el palacio del Rey.
- Buenos días majestad, os traigo en nombre de mi amo el marqués de Carabás - pues éste fue el nombre que primero se le ocurrió - este conejo.
- Muchas gracias gato, dadle las gracias también al señor Marqués de mi parte.
Al día siguiente el gato cazó dos perdices y de nuevo fue a ofrecérselas al Rey, quien le dio una propina en agradecimiento.
Los días fueron pasando y el gato continuó durante meses llevando lo que cazaba al Rey de parte del Marqués de Carabás.
Un día se enteró de que el monarca iba a salir al río junto con su hija la princesa y le dijo a su amo:
- Haced lo que os digo amo. Acudid al río y bañaos en el lugar que os diga. Yo me encargaré del resto.
El amo le hizo caso y cuando pasó junto al río la carroza del Rey, el gato comenzó a gritar diciendo que el marqués se ahogaba. Al verlo, el Rey ordenó a sus guardias que lo salvaran y el gato aprovechó para contarle al Rey que unos forajidos habían robado la ropa del marqués mientras se bañaba. El Rey, en agradecimiento por los regalos que había recibido de su parte mandó rápidamente que le llevaran su traje más hermoso. Con él puesto, el marqués resultaba especialmente hermoso y la princesa no tardó en darse cuenta de ello. De modo que el Rey lo invitó a subir a su carroza para dar un paseo.
El gato se colocó por delante de ellos y en cuanto vio a un par de campesinos segando corrió hacia ellos.
- Buenas gentes que segáis, si no decís al Rey que el prado que estáis segando pertenece al señor Marqués de Carabás, os harán picadillo como carne de pastel.
Los campesinos hicieron caso y cuando el Rey pasó junto a ellos y les preguntó de quién era aquél prado, contestaron que del Marqués de Carabás.
Siguieron camino adelante y se cruzaron con otro par de campesinos a los que se acercó el gato.
- Buenas gentes que segáis, si no decís al Rey que todos estos trigales pertenecen al señor Marqués de Carabás, os harán picadillo como carne de pastel.
Y en cuanto el Rey preguntó a los segadores, respondieron sin dudar que aquellos campos también eran del marqués.
Continuaron su paseo y se encontraron con un majestuoso castillo. El gato sabía que su dueño era un ogro así que fue a hablar con el.
- He oído que tenéis el don de convertiros en cualquier animal que deseéis. ¿Es eso cierto?
- Pues claro. Veréis cómo me convierto en león
Y el ogro lo hizo. El pobre gato se asustó mucho, pero siguió adelante con su hábil plan.
- Ya veo que están en lo cierto. Pero seguro que no sóis capaces de convertiros en un animal muy pequeño como un ratón.
- ¿Ah no? ¡Mirad esto!
El ogro cumplió su palabra y se convirtió en un ratón, pero entonces el gato fue más rápido, lo cazó de un zarpazo y se lo comió.
Así, cuando el Rey y el Marqués llegaron hasta el castillo no había ni rastro del ogro y el gato pudo decir que se encontraban en el estupendo castillo del Marqués de Carabás.
El Rey quedó fascinado ante tanto esplendor y acabó pensando que se trataba del candidato perfecto para casarse con su hija.
El Marqués y la princesa se casaron felizmente y el gato sólo volvió a cazar ratones para entretenerse.
- ¿Y ahora qué haré? Mis hermanos trabajarán juntos y harán fortuna, pero yo sólo tengo un pobre gato.
El gato, que no andaba muy lejos, le contestó:
- No os preocupéis mi señor, estoy seguro de que os seré más valioso de lo que pensáis.
- ¿Ah sí? ¿Cómo?, dijo el amo incrédulo
- Dadme un par de botas y un saco y os lo demostraré.
El amo no acababa de creer del todo en sus palabras, pero como sabía que era un gato astuto le dio lo que pedía.
El gato fue al monte, llenó el saco de salvado y de trampas y se hizo el muerto junto a él. Inmediatamente cayó un conejo en el saco y el gato puso rumbo hacia el palacio del Rey.
- Buenos días majestad, os traigo en nombre de mi amo el marqués de Carabás - pues éste fue el nombre que primero se le ocurrió - este conejo.
- Muchas gracias gato, dadle las gracias también al señor Marqués de mi parte.
Al día siguiente el gato cazó dos perdices y de nuevo fue a ofrecérselas al Rey, quien le dio una propina en agradecimiento.
Los días fueron pasando y el gato continuó durante meses llevando lo que cazaba al Rey de parte del Marqués de Carabás.
Un día se enteró de que el monarca iba a salir al río junto con su hija la princesa y le dijo a su amo:
- Haced lo que os digo amo. Acudid al río y bañaos en el lugar que os diga. Yo me encargaré del resto.
El amo le hizo caso y cuando pasó junto al río la carroza del Rey, el gato comenzó a gritar diciendo que el marqués se ahogaba. Al verlo, el Rey ordenó a sus guardias que lo salvaran y el gato aprovechó para contarle al Rey que unos forajidos habían robado la ropa del marqués mientras se bañaba. El Rey, en agradecimiento por los regalos que había recibido de su parte mandó rápidamente que le llevaran su traje más hermoso. Con él puesto, el marqués resultaba especialmente hermoso y la princesa no tardó en darse cuenta de ello. De modo que el Rey lo invitó a subir a su carroza para dar un paseo.
El gato se colocó por delante de ellos y en cuanto vio a un par de campesinos segando corrió hacia ellos.
- Buenas gentes que segáis, si no decís al Rey que el prado que estáis segando pertenece al señor Marqués de Carabás, os harán picadillo como carne de pastel.
Los campesinos hicieron caso y cuando el Rey pasó junto a ellos y les preguntó de quién era aquél prado, contestaron que del Marqués de Carabás.
Siguieron camino adelante y se cruzaron con otro par de campesinos a los que se acercó el gato.
- Buenas gentes que segáis, si no decís al Rey que todos estos trigales pertenecen al señor Marqués de Carabás, os harán picadillo como carne de pastel.
Y en cuanto el Rey preguntó a los segadores, respondieron sin dudar que aquellos campos también eran del marqués.
Continuaron su paseo y se encontraron con un majestuoso castillo. El gato sabía que su dueño era un ogro así que fue a hablar con el.
- He oído que tenéis el don de convertiros en cualquier animal que deseéis. ¿Es eso cierto?
- Pues claro. Veréis cómo me convierto en león
Y el ogro lo hizo. El pobre gato se asustó mucho, pero siguió adelante con su hábil plan.
- Ya veo que están en lo cierto. Pero seguro que no sóis capaces de convertiros en un animal muy pequeño como un ratón.
- ¿Ah no? ¡Mirad esto!
El ogro cumplió su palabra y se convirtió en un ratón, pero entonces el gato fue más rápido, lo cazó de un zarpazo y se lo comió.
Así, cuando el Rey y el Marqués llegaron hasta el castillo no había ni rastro del ogro y el gato pudo decir que se encontraban en el estupendo castillo del Marqués de Carabás.
El Rey quedó fascinado ante tanto esplendor y acabó pensando que se trataba del candidato perfecto para casarse con su hija.
El Marqués y la princesa se casaron felizmente y el gato sólo volvió a cazar ratones para entretenerse.
blanca nieves...para niñ@s
Un día de invierno la Reina miraba cómo caían los copos de nieve mientras cosía. Le cautivaron de tal forma que se despistó y se pinchó en un dedo dejando caer tres gotas de la sangre más roja sobre la nieve. En ese momento pensó:
- Cómo desearía tener una hija así, blanca como la nieve, sonrosada como la sangre y de cabellos negros como el ébano.
Al cabo de un tiempo su deseo se cumplió y dio a luz a una niña bellísima, blanca como la nieve, sonrosada como la sangre y con los cabellos como el ébano. De nombre le pusieron Blancanieves, aunque su nacimiento supuso la muerte de su madre.
Pasados los años el rey viudo decidió casarse con otra mujer. Una mujer tan bella como envidiosa y orgullosa. Tenía ésta un espejo mágico al que cada día preguntaba:
- Espejito espejito, contestadme a una cosa ¿no soy yo la más hermosa?
Y el espejo siempre contestaba:
- Sí, mi Reina. Vos sois la más hermosa.
Pero el día en que Blancanieves cumplió siete años el espejo cambió su respuesta:
- No, mi Reina. La más hermosa es ahora Blancanieves.
Al oír esto la Reina montó en cólera. La envidia la comía por dentro y tal era el odio que sentía por ella que acabó por ordenar a un cazador que la llevara al bosque, la matara y volviese con su corazón para saber que había cumplido con sus órdenes.
Pero una vez en el bosque el cazador miró a la joven y dulce Blancanieves y no fue capaz de hacerlo. En su lugar, mató a un pequeño jabalí que pasaba por allí para poder entregar su corazón a la Reina. Blancanieves se quedó entonces sola en el bosque, asustada y sin saber dónde ir. Comenzó a correr hasta que cayó la noche. Entonces vio luz en una casita y entró en ella.Era una casita particular. Todo era muy pequeño allí. En la mesa había colocados siete platitos, siete tenedores, siete cucharas, siete cuchillos y siete vasitos. Blancanieves estaba tan hambrienta que probó un bocado de cada plato y se sentó como pudo en una de las sillitas. Estaba tan agotada que le entró sueño, entonces encontró una habitación con siete camitas y se acurrucó en una de ellas. Bien entrada la noche regresaron los enanitos de la mina, donde trabajaban excavando piedras preciosas. Al llegar se dieron cuenta rápidamente de que alguien había estado allí.
- ¡Alguien ha comido de mi plato!, dijo el primero
- ¡Alguien ha usado mi tenedor!, dijo el segundo
- ¡Alguien ha bebido de mi vaso!, dijo el tercero
- ¡Alguien ha cortado con mi cuchillo!, dijo el cuarto
- ¡Alguien se ha limpiado con mi servilleta!, dijo el quinto
- ¡Alguien ha comido de mi pan!, dijo el sexto
- ¡Alguien se ha sentado en mi silla!, dijo el séptimo
Cuando entraron en la habitación desvelaron el misterio sobre lo ocurrido y se quedaron con la boca abierta al ver a una muchacha tan bella. Tanto les gustó que decidieron dejar que durmiera.Al día siguiente Blancanieves les contó a los enanitos la historia de cómo había llegado hasta allí. Los enanitos sintieron mucha lástima por ella y le ofrecieron quedarse en su casa. Pero eso sí, le advirtieron de que tuviera mucho cuidado y no abriese la puerta a nadie cuando ellos no estuvieran.La madrastra mientras tanto, convencida de que Blancanieves estaba muerta, se puso ante su espejo y volvió a preguntarle:
- Espejito espejito, contestadme a una cosa ¿no soy yo la más hermosa?
- Mi Reina, vos sois una estrella pero siento deciros que Blancanieves, sigue siendo la más bella.
La reina se puso furiosa y utilizó sus poderes para saber dónde se escondía la muchacha. Cuando supo que se encontraba en casa de los enanitos, preparó una manzana envenenada, se vistió de campesina y se encaminó hacia montaña.Cuando llegó llamó a la puerta. Blancanieves se asomó por la ventana y contestó:
- No puedo abrir a nadie, me lo han prohibido los enanitos.
- No temas hija mía, sólo vengo a traerte manzanas. Tengo muchas y no sé qué hacer con ellas. Te dejaré aquí una, por si te apetece más tarde.
Blancanieves se fió de ella, mordió la manzana y… cayó al suelo de repente.La malvada Reina que la vio, se marchó riéndose por haberse salido con la suya. Sólo deseaba llegar a palacio y preguntar a su espejo mágico quién era la más bella ahora.
- Espejito espejito, contestadme a una cosa ¿no soy yo la más hermosa?
- Sí, mi Reina. De nuevo vos sois la más hermosa.
Cuando los enanitos llegaron a casa y se la encontraron muerta en el suelo a Blancanieves trataron de ver si aún podían hacer algo, pero todos sus esfuerzos fueron en vano. Blancanieves estaba muerta.
De modo que puesto que no podían hacer otra cosa, mandaron fabricar una caja de cristal, la colocaron en ella y la llevaron hasta la cumpre de la montaña donde estuvieron velándola por mucho tiempo. Junto a ellos se unieron muchos animales del bosque que lloraban la pérdida de la muchacha. Pero un día apareció por allí un príncipe que al verla, se enamoró de inmediato de ella, y le preguntó a los enanitos si podía llevársela con él.
A los enanitos no les convencía la idea, pero el príncipe prometió cuidarla y venerarla, así que accedieron. Cuando los hombres del príncipe transportaban a Blancanieves tropezaron con una piedra y del golpe, salió disparado el bocado de manzana envenenada de la garganta de Blancanieves. En ese momento, Blancanieves abrió los ojos de nuevo. - ¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado?, preguntó desorientada Blancanieves
- Tranquila, estáis sana y salva por fin y me habéis hecho con eso el hombre más afortunado del mundo.
- Cómo desearía tener una hija así, blanca como la nieve, sonrosada como la sangre y de cabellos negros como el ébano.
Al cabo de un tiempo su deseo se cumplió y dio a luz a una niña bellísima, blanca como la nieve, sonrosada como la sangre y con los cabellos como el ébano. De nombre le pusieron Blancanieves, aunque su nacimiento supuso la muerte de su madre.
Pasados los años el rey viudo decidió casarse con otra mujer. Una mujer tan bella como envidiosa y orgullosa. Tenía ésta un espejo mágico al que cada día preguntaba:
- Espejito espejito, contestadme a una cosa ¿no soy yo la más hermosa?
Y el espejo siempre contestaba:
- Sí, mi Reina. Vos sois la más hermosa.
Pero el día en que Blancanieves cumplió siete años el espejo cambió su respuesta:
- No, mi Reina. La más hermosa es ahora Blancanieves.
Al oír esto la Reina montó en cólera. La envidia la comía por dentro y tal era el odio que sentía por ella que acabó por ordenar a un cazador que la llevara al bosque, la matara y volviese con su corazón para saber que había cumplido con sus órdenes.
Pero una vez en el bosque el cazador miró a la joven y dulce Blancanieves y no fue capaz de hacerlo. En su lugar, mató a un pequeño jabalí que pasaba por allí para poder entregar su corazón a la Reina. Blancanieves se quedó entonces sola en el bosque, asustada y sin saber dónde ir. Comenzó a correr hasta que cayó la noche. Entonces vio luz en una casita y entró en ella.Era una casita particular. Todo era muy pequeño allí. En la mesa había colocados siete platitos, siete tenedores, siete cucharas, siete cuchillos y siete vasitos. Blancanieves estaba tan hambrienta que probó un bocado de cada plato y se sentó como pudo en una de las sillitas. Estaba tan agotada que le entró sueño, entonces encontró una habitación con siete camitas y se acurrucó en una de ellas. Bien entrada la noche regresaron los enanitos de la mina, donde trabajaban excavando piedras preciosas. Al llegar se dieron cuenta rápidamente de que alguien había estado allí.
- ¡Alguien ha comido de mi plato!, dijo el primero
- ¡Alguien ha usado mi tenedor!, dijo el segundo
- ¡Alguien ha bebido de mi vaso!, dijo el tercero
- ¡Alguien ha cortado con mi cuchillo!, dijo el cuarto
- ¡Alguien se ha limpiado con mi servilleta!, dijo el quinto
- ¡Alguien ha comido de mi pan!, dijo el sexto
- ¡Alguien se ha sentado en mi silla!, dijo el séptimo
Cuando entraron en la habitación desvelaron el misterio sobre lo ocurrido y se quedaron con la boca abierta al ver a una muchacha tan bella. Tanto les gustó que decidieron dejar que durmiera.Al día siguiente Blancanieves les contó a los enanitos la historia de cómo había llegado hasta allí. Los enanitos sintieron mucha lástima por ella y le ofrecieron quedarse en su casa. Pero eso sí, le advirtieron de que tuviera mucho cuidado y no abriese la puerta a nadie cuando ellos no estuvieran.La madrastra mientras tanto, convencida de que Blancanieves estaba muerta, se puso ante su espejo y volvió a preguntarle:
- Espejito espejito, contestadme a una cosa ¿no soy yo la más hermosa?
- Mi Reina, vos sois una estrella pero siento deciros que Blancanieves, sigue siendo la más bella.
La reina se puso furiosa y utilizó sus poderes para saber dónde se escondía la muchacha. Cuando supo que se encontraba en casa de los enanitos, preparó una manzana envenenada, se vistió de campesina y se encaminó hacia montaña.Cuando llegó llamó a la puerta. Blancanieves se asomó por la ventana y contestó:
- No puedo abrir a nadie, me lo han prohibido los enanitos.
- No temas hija mía, sólo vengo a traerte manzanas. Tengo muchas y no sé qué hacer con ellas. Te dejaré aquí una, por si te apetece más tarde.
Blancanieves se fió de ella, mordió la manzana y… cayó al suelo de repente.La malvada Reina que la vio, se marchó riéndose por haberse salido con la suya. Sólo deseaba llegar a palacio y preguntar a su espejo mágico quién era la más bella ahora.
- Espejito espejito, contestadme a una cosa ¿no soy yo la más hermosa?
- Sí, mi Reina. De nuevo vos sois la más hermosa.
Cuando los enanitos llegaron a casa y se la encontraron muerta en el suelo a Blancanieves trataron de ver si aún podían hacer algo, pero todos sus esfuerzos fueron en vano. Blancanieves estaba muerta.
De modo que puesto que no podían hacer otra cosa, mandaron fabricar una caja de cristal, la colocaron en ella y la llevaron hasta la cumpre de la montaña donde estuvieron velándola por mucho tiempo. Junto a ellos se unieron muchos animales del bosque que lloraban la pérdida de la muchacha. Pero un día apareció por allí un príncipe que al verla, se enamoró de inmediato de ella, y le preguntó a los enanitos si podía llevársela con él.
A los enanitos no les convencía la idea, pero el príncipe prometió cuidarla y venerarla, así que accedieron. Cuando los hombres del príncipe transportaban a Blancanieves tropezaron con una piedra y del golpe, salió disparado el bocado de manzana envenenada de la garganta de Blancanieves. En ese momento, Blancanieves abrió los ojos de nuevo. - ¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado?, preguntó desorientada Blancanieves
- Tranquila, estáis sana y salva por fin y me habéis hecho con eso el hombre más afortunado del mundo.
Blancanieves y el Príncipe se convirtieron en marido y mujer y vivieron felices en su castillo.
quijote de la mancha...resumen corto
Alonso Quijano es un hidalgo pobre de la Mancha, que de tanto leer novelas de caballería acaba enloqueciendo y creyendo ser un caballero andante, nombrándose a sí mismo como Don Quijote de la Mancha. Sus intenciones son ayudar a los pobres y desfavorecidos, y lograr el amor de la supuesta Dulcinea del Toboso, que es en realidad es una campesina llamada Aldonza Lorenzo. La primera salida la hace solo, pero regresa en poco tiempo a casa y decide nombrar a Sancho Panza, un empleado suyo, escudero. Juntos realizan la segunda salida, en la que viven más de una aventura: Don Quijote ve y ataca a unos gigantes que en realidad resultan ser molinos de viento, confunde un rebaño con un ejército, tiene más de una disputa, una de ellas con un vizcaíno, y llega a enfrentarse a unos leones. Finalmente, y tras hacer penitencia en un bosque, es capturado por el cura y el barbero de su pueblo y llevado a casa en una jaula tras ser engañado para ayudar a la supuesta princesa Micomicona.
En la tercera y última salida, las aventuras más destacadas son las de La cueva de Montesinos, donde Don Quijote sueña mil maravillas, el rebuzno de Sancho Panza, y para finalizar, la derrota de Don Quijote ante el Caballero de la Blanca Luna, razón por la que se retira su hogar, donde, tras adquirir de nuevo la cordura, fallece.
pinocho cuento corto
Estaba el anciano Gepeto en su pequeño y desgastado taller de juguetes entretenido tallando una nueva marioneta, con una pieza de madera de pino que un amigo le había regalado.
El juguete quedó precioso: un niño de madera con una nariz algo afilada que lo hacía distinto a todos los muñecos que Gepeto había hecho.
El anciano suspiró mientras observaba, con ternura, la marioneta – ¡Cómo me gustaría tener un hijo al que poder dar todo mi cariño! –
Lo que él no sabía era que el Hada Azul escuchaba atentamente sus peticiones, pues ya llevaba tiempo queriendo ayudar a aquel bondadoso anciano.
Estaba el anciano Gepeto en su pequeño y desgastado taller de juguetes entretenido tallando una nueva marioneta, con una pieza de madera de pino que un amigo le había regalado.
El juguete quedó precioso: un niño de madera con una nariz algo afilada que lo hacía distinto a todos los muñecos que Gepeto había hecho.
El anciano suspiró mientras observaba, con ternura, la marioneta – ¡Cómo me gustaría tener un hijo al que poder dar todo mi cariño! –
Lo que él no sabía era que el Hada Azul escuchaba atentamente sus peticiones, pues ya llevaba tiempo queriendo ayudar a aquel bondadoso anciano.
Gepeto terminó de pintar y dar los últimos retoques a la marioneta y se fue directo a la cama.
En ese momento, el Hada Azul abrió su mano y, con un suave golpe de su barita mágica, hizo que Pinocho pudiera moverse y hablar – Pinocho, seguirás siendo de madera hasta que me demuestres tu bondad y honradez.
Pepito Grillo, que había escuchado atentamente todo lo que el Hada decía a Pinocho, se convirtió en la voz de su conciencia y, así, prometió al Hada que ayudaría al pequeño muñeco de madera a convertirse en un niño honrado y bueno.
A la mañana siguiente, Gepeto se despertó y se encontró a su precioso muñeco bailando y dando saltos de alegría por toda la habitación.
El anciano, lleno de alegría, abrazó al pequeño y le prometió que lo cuidaría y le daría una buena educación.
Sacó una jarra llena de monedas que tenía ahorradas y se fue a comprar los libros y materiales para su querido hijo.
Una vez hubo comprado todo lo necesario, mandó a Pinocho a la escuela – Es importante que seas un niño estudioso y por eso irás a la escuela como los demás niños. Pórtate bien y vuelve directo a casa al acabar las clases –
Pinocho cogió el libro que su padre había comprado y se fue directo a la escuela.
Pero, por el camino, conoció a un niño muy divertido, que se llamaba Polilla. Éste lo convenció para que no fueran al colegio.
– Vente conmigo. Hay una función de marionetas justo a la vuelta de la esquina –
Pepito Grillo intentó convencer al muñeco para que no fuera, pero Pinocho sólo tenía oído para su nuevo amigo.
Cuando llegaron al teatro, el director de la función quiso que Pinocho actuase – Vamos, sal al escenario. Seguro que a todos les encanta ver una marioneta que se mueve y canta como tú lo haces –
Pinocho fue directo al escenario y comenzó a cantar y a bailar – ¡Qué divertido es esto! – pensó el muñeco.
Poco a poco, el muñeco comenzó a sentir el cansancio y tuvo la necesidad de volver a casa junto a su padre Guepeto, pero el malvado director del teatro lo encerró en un cuartucho para que no pudiera regresar – No dejaré que esta marioneta se escape. Me servirá para hacer de este teatro el más famoso de la ciudad -.
Pepito Grillo había permanecido escondido, a sabiendas de que nada bueno iba a pasar juntándose con ese señor.
Aprovechando un descuido del director, Pepito Grillo robo la llave del cuarto y consiguió sacar a Pinocho del lío en el que se había metido por desobedecer a su padre.
– Pinocho, si sigues portándote así de mal, nunca conseguirás convertirte en un niño de carne y hueso. –
Cuando llegaron a casa, Gepeto preguntó a su hijo por el libro que le había comprado.
Pinocho se dio cuenta de que se lo había dejado en el teatro, pero no quiso decir la verdad, así que se inventó una historia – Pues veras, papá, unos chicos me lo robaron y, al intentar recuperarlo, me perdí y no pude ir al colegio –
Con cada mentira que Pinocho decía, su nariz crecía y crecía y parecía que nunca iba a parar.
Pepito Grillo comenzó a reírse – Pero Pinocho, ¿quieres dejar de inventar historias…? –
Pinocho alzó la mirada y vio la cara de tristeza de Gepeto. En ese momento se arrepintió y contó toda la verdad a su padre, recuperando así el tamaño de su preciosa y divertida nariz.
– Te prometo, Papá, que no voy a volver a mentirte nunca más y voy a ser un buen estudiante –
Y así lo hizo. Durante mucho tiempo, Pinocho cumplió su promesa, haciendo tremendamente feliz a su padre.
Sin embargo, una tarde, cuando regresaba a casa de hacer unos recados, se encontró con su amigo Polilla.
– ¿Qué haces ahí, Polilla? –
– Estoy esperando al carro que lleva a la Isla de los Juegos. Deberías venir conmigo. Allí, los niños no tienen que obedecer a nadie, pueden jugar todo el tiempo que quieran y comen tantas golosinas como desean –
Pinocho no se lo pensó mucho y, al ver a su amigo subido en el enorme carro repleto de niños, se subió.
Cuando el carro arrancó, Pinocho se fijó en los dos burros que tiraban de él. -¡Qué cara de tristeza tienen! – pensó Pinocho.
Pepito Grillo saltó al carro, pues sabía que un lugar como la Isla de los Juegos, no podía ser muy real. – Estoy seguro de que algo raro esconde ese lugar. ¡Este chico siempre metiéndose en líos! –
Aunque el grillo intentó convencer a Pinocho para que bajase del carro, el muñeco no quiso hacerle caso.
Cuando llegaron a la isla, todos los niños gritaban y jugaban. Era un lugar increíble, lleno de atracciones que jamás dejaban de funcionar.
Pasaron los días y Pepito Grillo se dio cuenta de que los niños que estaban allí se iban convirtiendo en burros. Todo aquello era una trampa del malvado conductor del carro. El plan era convertir a todos aquellos niños en burros y después venderlos para ganar mucho dinero.
Pepito Grillo corrió para advertir a Pinocho, pero cuando llegó, el muñeco lloraba desconsolado pues le habían aparecido unas enormes orejas de burro. Además, su amigo Polilla se había transformado por completo en un burro.
– No llores más, Pinocho, tenemos que salir de aquí lo antes posible – Dijo el grillo.
Los dos salieron corriendo de aquel lugar y no pararon hasta llegar a su hogar.
Pinocho abrió la puerta rápidamente gritando – Papá, papá, ya estoy aquí, perdona por haberme marchado…-
Pero nadie contestó. La casa estaba vacía. Entonces, una paloma apareció llevando en su pico una carta. En ella, Gepeto explicaba que había ido en busca de su querido hijo con una pequeña barca que lo llevaría a la Isla de los Juguetes. Pero, por el camino, una ballena lo había tragado y se encontraba atrapado dentro del enorme cetáceo.
– ¡Qué he hecho! Por mi culpa mi padre está en peligro – dijo Pinocho mientras se levantaba con aire decidido – ¡No permitiré que nada malo le suceda! Me voy en su busca, ¡Lo traeré de vuelta! –
Pepito Grillo se metió en el bolsillo de su amigo y, juntos, partieron en una vieja barca en busca de Gepeto.
Llevaban unas cuantas horas navegando, cuando se toparon con la enorme boca de la ballena y, en un santiamén, los engulló, junto a otros diminutos pececillos.
Cuando aquel monstruo marino cerró la boca, todo se quedó oscuro. Pero a lo lejos se podía ver una luz muy tenue que parecía provenir de una vela.
Pinocho sabía que esa luz era de su padre y comenzó a gritar – Padre, padre, soy Pinocho –
Gepeto, al escuchar la voz de querido hijo, alzó la vista para comprobar que no estuviese soñando – Pinocho, ¿eres tú de verdad? –
Pinocho consiguió llegar junto a su padre. Acariciando su anciana mano, le dijo – Si padre, soy yo, he venido a rescatarte. Perdóname. –
Mientras padre e hijo se fundían en un gran abrazo, Pepito Grillo se sentó sobre una caja de madera que también había sido engullida por la ballena.
Pinocho se giró y, al ver a Pepito Grillo, dijo – ¡Ya sé cómo vamos a salir de aquí! Pepito, dame esa caja de madera. Vamos a quemarla con el fuego de la vela. Cuando la garganta de la ballena se llene de humo, seguro que tiene que toser y respirar. Entonces, nosotros aprovecharemos para salir de aquí. –
Y así ocurrió. Cuando la ballena empezó a toser y a estornudar, los tres salieron disparados y comenzaron a nadar hasta llegar a la orilla del mar.
Una vez en tierra, casi sin aliento, Pinocho se sinceró y contó a su padre todo lo que le había sucedido y le prometió que nunca más volvería a fallarle.
De vuelta a casa, se les apareció el Hada Azul.
– Pinocho, has demostrado tener un gran corazón al rescatar a Gepeto. Además, has sido muy honrado al contar a tu padre todo lo sucedido. Por ello, te mereces convertirte en un niño de carne y hueso-.
Y ,agitando su barita, transformó al pequeño muñeco en un niño de verdad.
Así fue como Pinocho, Gepeto y Pepito Grillo se convirtieron en una familia y fueron felices para siempre.
FIN
viernes, 8 de febrero de 2019
Romeo y julieta...resumen
Comenzamos con un poco de acción: un duelo entre los sirvientes de dos familias rivales de Verona: los Montesco y los Capuleto. ¡Esto se pone emocionante! Tras envainar las espadas, el príncipe de Verona hace su aparición para declarar que la próxima persona que inicie una pelea morirá, y esta vez lo dice en serio.
Después llega Romeo Montesco, que no para de soñar con una tal Rosalinda. Entretanto, Julieta Capuleto, una muchachita de trece años, acaba de enterarse que Paris, el soltero más codiciado de Verona, está interesado en ella. Se verán esa noche en el baile de máscaras que se celebra en la casa de los Capuleto (al menos se trata de un caso de "abuso infantil" con consentimiento paterno). Romeo y sus amigos deciden disfrazarse y colarse en el baile, ya que Rosalinda forma parte de la lista de invitados.
Los hechos toman un giro inesperado cuando Romeo conoce a Julieta. Como cabe esperar, se enamoran al instante, pero no tardan en descubrir que pertenecen a familias rivales (¡ahora que todo iba tan bien!). Es una situación nefasta, pero dado que son dos adolescentes locos de amor, se reúnen en secreto y deciden casarse. ¡Viaje a Las Vegas!
Ah, no, nada de Las Vegas. En su lugar, Romeo acuerda con Fray Lorenzo la organización de la boda, y Julieta consigue que su niñera actúe como mediadora. Esta se reúne con Romeo y su amigo Mercutio (que piensa que la situación es chistosísima), y acuerdan llevar a Julieta junto a Fray Lorenzo.
Prepárate porque ahora aparecen más personajes: Benvolio, otro miembro de los Montesco, se encuentra con Teobaldo Capuleto, a quien no le sentó nada bien que los Montesco se hubieran infiltrado en la fiesta de su familia. Romeo, recién casado, se ve envuelto en una situación muy tensa, que empeora cuando Teobaldo mata a Mercutio y Romeo a su vez da muerte a Teobaldo. Nuestro protagonista masculino huye rápidamente, pero el príncipe acaba desterrándolo. (Al menos no pide su cabeza).
Julieta se entera por su niñera de que su marido acaba de asesinar a su primo, pero aunque la noticia la entristece, no la afecta lo suficiente como para dejar de pensar en su noche de bodas. La niñera encuentra a Romeo escondido en la casa de Fray Lorenzo y este trama un plan. Deciden que Romeo pase la noche de bodas con Julieta, y que después abandone la ciudad hasta que al fraile se le ocurra la forma de que el príncipe de Verona lo perdone.
Entretanto, en la casa de los Capuleto, el patriarca llega a la conclusión de que solo un enlace (con Paris) podrá alegrar a Julieta. ¡Ups! Tras la maravillosa y romántica noche de bodas de Julieta, esta descubre que debe casarse con Paris en dos días. Incluso su niñera está de acuerdo, ya que para ella es como si Romeo estuviera muerto.
Julieta corre a la casa de Fray Lorenzo, donde se da un extraño beso con Paris y después amenaza con suicidarse. Al fraile se le ocurre un plan infalible y que NO entraña riesgo alguno : tomar un brebaje que la haga parecer muerta durante 42 horas. Sí, ni una hora más ni una hora menos. De modo que Julieta regresa a casa, acepta desposarse con Paris y toma el veneno para que la lleven al panteón familiar (donde se reunirá con Romeo), y todos puedan vivir felices para siempre.
Desgraciadamente, Romeo, que en ese momento está en Mantua, se entera de la "muerte" de Julieta antes que del plan del fraile. Se le ocurre entonces la maravillosa idea de comprar veneno para ir a la tumba donde se encuentra Julieta y quitarse la vida (una reacción muy madura), no sin antes matar a Paris y pasar un rato al lado del cuerpo "sin vida" de su amada.
Finalmente, ingiere el veneno y muere justo cuando Julieta despierta. ¡Qué rabia! El fraile, que aparece en un momento dado, intenta convencer a Julieta de que huya, pero ella se niega y se clava una daga. Es justo entonces cuando aparece literalmente todo el mundo al mismo tiempo y hallan los cuerpos sin vida de los amantes. Fray Lorenzo confiesa todo y los patriarcas de las dos familias, conmovidos por la historia de amor de los jóvenes, deciden poner fin a sus rivalidades. ¿Se le puede llamar final feliz?
la casita de chocolate..cuento corto
Érase una vez una familia humilde que no tenía mucho dinero para subsistir y lo único que podían hacer para mantenerse era salir al bosque a recoger leña y luego venderla en los poblados cercanos; aun haciendo esto su situación era muy difícil, pues tenían que caminar mucho tanto para recoger la leña, como para llegar a los lugares en los cuales la vendían. Incluso los dos pequeños hijos de la pareja salían a recoger leña con el padre mientras la madre se encargaba del hogar.
Los dos hermanos se llamaban Heansen y Gretel, una pareja de hermano y hermana que salían a coger leña con su padre y precisamente ahí inicia esta historia; una tarde común y corriente, Heansen y Gretel salieron con su padre a recoger leña y adentrados en el bosque se dieron cuenta de que probablemente les quedaba poco tiempo y aún tenían muy poca leña, así que su padre les dijo que fuesen ellos por un lado y él iría por otro, para abarcar más espacio y recoger más leña. Se reunirían en un punto justo antes de anochecer para regresar juntos a casa.
Aunque su padre les ordenó ser cuidadosos y poner atención, en algún momento se encontraron perdidos en el bosque y sin saber cómo regresar; Heansen estaba preocupado y lloraba, pero Gretel le dijo que no se preocupara, que aún tenían tiempo. Adentrándose más en el bosque vieron una pequeña casita y se acercaron a ella y grande fue su sorpresa al darse cuenta de que estaba hecha con ladrillos de chocolate.
Tenían hambre y empezaron a comer una de las paredes de la casa y de pronto por accidente se dieron cuenta de que estaba abierta, así que decidieron entrar a buscar más chocolate y lo que vieron fue horrible; había jaulas de hierro colgadas por todo el lugar, animales en frascos y cosas horribles y cuando decidieron irse… una horrible bruja entró en volando en su escoba y los apresó por estarse comiendo su casa.
Los encerró en una jaula para engordarlos y luego comérselos, pero los chicos vieron que le costaba ver y cuando metía su mano para tocarlos y ver si habían engordado, le daban un hueso de pollo a tocar para que decidiese esperar más y así pasó el tiempo; un día estaba molesta porque nunca engordaban y decidió comerlos así y entonces abrió la jaula y tomó a Heansen.Se molestó e impresionó porque en realidad estaba más gordo y por ello olvidó la llave, así que Gretel la tomó, salió y le pegó a la bruja en la cabeza con su propia escoba; luego tomó a Heansel y lo subió a la escoba y ahí escaparon. La bruja no pudo seguirlos y llegaron a casa por fin, sus padres no podían creer que habían escapado y les dijeron que nunca volvieran a tocar algo solo porque pareciera bonito o delicioso como la casa.
Con la escoba de la bruja se les hizo más fácil viajar a recoger leña y a venderla también, así que fueron felices para siempre.
El patito feo..cuento corto
Un día de verano, cuando comenzaba a atardecer, mamá pata y papá pato fueron padres de seis preciosos patitos.
Todos rompieron el cascarón al mismo tiempo; bueno, todos menos uno. Había un huevo que era algo más grande y distinto a los demás. En la granja, todos esperaban impacientes su nacimiento.
Al fin, un poco antes de que acabara el día, el huevo comenzó a romperse y el último patito sacó su cabeza del cascarón.
Todos se acercaron a ver al nuevo pequeñín pero, al ver su aspecto, se marcharon sin decir nada. Tan solo la gallina dijo – ¡Pero que pato más grande y feo! Desde luego, no se parece en nada a sus hermanos. Puede que no sea un pato de verdad – y así es como el patito empezó su andadura por el mundo.
Pasaron los meses y el patito se hartó de que todo el mundo le dijera lo feo que era.
Todos, excepto sus padres, le llamaban Patito Feo.
Una mañana, el patito decidió marcharse de la granja. Ya no podía soportar más los insultos de sus compañeros y hermanos.
El patito comenzó a caminar hacia el bosque en busca de un lugar en el que lo tratasen con cariño y respeto.
Caminó muchos días hasta que llegó a un lago. Allí vio una pareja de patos salvajes que nadaban plácidamente. El patito se acerco y les dijo – Buenos días, ¿no les importaría que me quedase un tiempo por aquí? –
Uno de los patos salvajes se giró y, al ver al patito, comenzó a reírse –¡ Pero que pato tan grande y feo!
El pequeño pato no permitió que siguieran riéndose de él. Rápidamente se marcho en busca de un lugar mejor.
El otoño llegó y ya comenzaba a notarse el fresco, pero el patito siguió caminando hasta que un día una anciana lo encontró y se lo llevó a su granja. Allí vivían también un gato y una gallina a los que no parecía que les gustase su compañía – A ver, patito, ¿puedes poner huevos? – preguntaron los animales.
El patito dijo – Pues… creo que no
– Entonces sólo puede haber un motivo por el que la anciana te ha traído aquí –
Contestó el gato con cierto todo de maldad.
– Creo que vas a formar parte del banquete de esta noche – continuó la gallina.
El patito se asustó tanto por lo que los malvados animales le contaron, que rápidamente se marchó de aquel lugar.
El invierno llegó y el patito ya no tenía muchas fuerzas para continuar. El frío y el hambre le impedían seguir su camino. Buscó cobijo entre los arbustos. Hasta que un amable granjero lo encontró y se lo llevó a su granja para que no muriese de frío.
El patito pensó – Tal vez este sea un buen lugar para vivir –
Pero nada de eso. En cuanto el granjero salió del establo, dos vacas enormes se acercaron y le volvieron a insultar – Pero ¿qué eres tú? – dijo una – Es el pato mas feo que he visto jamás – comentó la otra entre risitas.
El patito se apartó de los enormes animales y se escondió en una esquina del granero – me quedaré aquí hasta que acabe el invierno, después seguiré mi camino – se dijo.
Y así lo hizo. Con el primer brote de primavera, el patito salió de la oscura esquina del granero y continuó su camino.
No tardó mucho en ver un grupo de preciosas aves que volaban sobre él.
– Ojalá yo fuese tan hermoso – Pensó.
Poco después, vio un magnifico lago y decidió darse un chapuzón. Allí nadaban las mismas aves que había visto volar. Eran tan elegantes que decidió no acercarse mucho para evitar los insultos.
Pero sucedió algo. Uno de ellos se giró y le dijo, ven amigo, únete a nosotros.
El patito no se podía creer que estuviesen hablando con él, pero al acercarse al agua pudo ver su reflejo por primera vez. Todo había cambiado en él. Ya no era un pato grande y feo. Había crecido y era un precioso cisne.
Lo cierto es que nunca había sido un patito feo, eran los demás los que no habían visto que, en realidad, él era un pequeño cisne.
Sin dudarlo ni un segundo, el Patito…perdón, el Cisne, se unió al grupo y, desde aquel día ya nunca se sintió feo, ni diferente. Al fin, el cisne encontró el cariño y el respeto que durante tanto tiempo había buscado.
La biografia de ana frank
Annelies Marie Frank nació en Fráncfort del Meno (Hesse, Alemania), y fue la segunda hija de Otto Heinrich Frank (12 de mayo de 1889-19 de agosto de 1980) y su mujer, Edith Hollander (16 de enero de 1900-6 de enero de 1945), una familia de judíos alemanes, cuyo padre, Otto, había participado como Teniente del Ejército Alemán en la Primera Guerra Mundial. Tenía una hermana mayor, Margot (16 de febrero de 1926-9 de marzo de 1945). Junto con su familia, tuvo que mudarse a la ciudad de Ámsterdam, huyendo de los nazis. Allí sus padres le regalaron un diario al cumplir los trece años. Muy poco después, su familia tuvo que ocultarse en un escondrijo, la Achterhuis o "Anexo secreto", como lo llamó en su diario, situado en un viejo edificio en el Prinsengracht, un canal en el lado occidental de Ámsterdam, y cuya puerta estaba escondida tras una estantería. Allí vivieron durante la ocupación alemana, desde el 9 de julio de 1942 hasta el 4 de agosto de 1944.
En el escondite había ocho personas: sus padres, Otto y Edith Frank; ella y su hermana mayor Margot; Fritz Pfeffer, un dentista judío (al que Ana dio el nombre de Albert Dussel en su Diario), y la familia van Pels (identificada como van Daan en el Diario), formada por Hermann y Auguste van Pels y el hijo de ambos, Peter. Durante aquellos años, Ana escribió su Diario, en el que describía su miedo a vivir escondida durante años, sus nacientes sentimientos por Peter, los conflictos con sus padres, y su vocación de escritora. Pocos meses antes de ser descubiertos, empezó a reescribir su Diario con la idea de publicarlo tras la guerra.
Ana, su familia y acompañantes fueron arrestados por la Grüne Polizei el 4 de agosto de 1944 y un mes después, el 2 de septiembre, toda la familia fue trasladada en tren de Westerbork (campo de concentración en el noreste de los Países Bajos) hacia el Campo de concentración de Auschwitz, viaje que les llevó tres días. Mientras tanto, Miep Gies y Bep Voskuijl, dos de las personas que los protegieron mientras estuvieron escondidos, encontraron y guardaron el Diario y otros papeles de Ana.
Desde su captura, se creyó que la familia fue delatada por un colaborador de la Gestapo; sin embargo, hay investigaciones que afirman que el descubrimiento de los ocupantes se llevó a cabo de manera casual, ya que los agentes de la SS estaban investigando delitos de empleo ilegal en el edificio, y que la persecución de judíos no era su objetivo.4
Ana, Margot y Edith Frank, la familia van Pels y Fritz Pfeffer no sobrevivieron a los campos de concentración nazis (aunque Peter van Pels murió durante las marchas entre campos de concentración). Margot y Ana pasaron un mes en Auschwitz II-Birkenau y luego fueron enviadas a Bergen-Belsen, donde murieron de tifus en marzo de 1945, poco antes de la liberación. Solo Otto logró salir del Holocausto con vida.3 Miep le dio el diario, que editaría con el fin de publicarlo con el título Diario de Ana Frank, que ha sido ya impreso en 70 idiomas.
El Memorial en honor a Ana y Margot Frank está ubicado en el lugar donde estaba la fosa común correspondiente a la barraca donde murieron en el campo de concentración de Bergen-Belsen.
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